La vida es dura, sí, pero se puede afrontar de buena manera si sabes cómo y con quién llevarla. Tras mucho pensar he llegado a la conclusión de que las cosas son del color que cada uno las ve, para unos negro, otros blanco,... pero no hay que olvidar que los colores que los demás ven son igual o más válidos que los nuestros, es otro punto de vista más.
Muchos nos paramos a pensar como sería la vida en solitario, aislados de los demás, y nadie (creo) es capaz de imaginarla de la misma manera dos veces porque las situaciones y experiencias van cambiando y así también el cristal con el que se ve. Pero yo, al menos, no he de quejarme por todo lo que tengo, realmente no me falta nada; a pesar de que se pueden tener más cosas, yo sólo tengo y quiero tener las suficientes para sobrevivir. Por eso hoy me encuentro así, viendo la vida de esta manera, no sé si pesimista u optimista, pero en ella no pueden faltar esas personas que me hacen valorarla de una manera distinta cada día, siempre intentando superar al día anterior.
Este pequeño trozo de vida que llevo recorrido es suficiente para plantearme que quiero pero no bastante para quedarme aquí y no continuar. Estos relativos 20 años que llevo sobre mí habrían sido un poco aburridos sin un poco de hipocresía, falsedad y supuestas buenas caras que en su momento me llevaron a plantear seriamente muchas cosas, pero que han dado un poco de chispa a esta vida; aunque no sólo estas canallas ocurrencias son las únicas que han ayudado a superar está apatía, ni mucho menos, las más importantes son las muy buenas compañías de las que me he intentado rodear, especialmente a las últimas que me he incorporado, y a estas son a las que quiero agradecer el lugar en el que me encuentro, ya que son ellas las que me han ayudado a finalizar con buen pie estas 2 décadas de vida y que me gustaría que lo siguieran haciendo por el resto de la existencia. Estas criaturas a las que me refiero no habitan en cualquier lugar de la Tierra, sólo fueron puestas por "alguien" cerca de mi y, no sé si por el destino (en el cual no creo) o por otra cosa, nos hemos cruzado y tropezado en el camino. Si esto no hubiera ocurrido, estos seres y yo (también soy yo uno de esos seres o criaturas) andaríamos vagando por un mundo caótico, aunque ahora que nos conocemos lo sigue siendo pero es mucho más soportable ahora que nos hemos entrometido en la vida de estos fantásticos seres.
He de concluir con una reflexión que a muchos les sonará: simplemente somos personas, nada más.
Muchos nos paramos a pensar como sería la vida en solitario, aislados de los demás, y nadie (creo) es capaz de imaginarla de la misma manera dos veces porque las situaciones y experiencias van cambiando y así también el cristal con el que se ve. Pero yo, al menos, no he de quejarme por todo lo que tengo, realmente no me falta nada; a pesar de que se pueden tener más cosas, yo sólo tengo y quiero tener las suficientes para sobrevivir. Por eso hoy me encuentro así, viendo la vida de esta manera, no sé si pesimista u optimista, pero en ella no pueden faltar esas personas que me hacen valorarla de una manera distinta cada día, siempre intentando superar al día anterior.
Este pequeño trozo de vida que llevo recorrido es suficiente para plantearme que quiero pero no bastante para quedarme aquí y no continuar. Estos relativos 20 años que llevo sobre mí habrían sido un poco aburridos sin un poco de hipocresía, falsedad y supuestas buenas caras que en su momento me llevaron a plantear seriamente muchas cosas, pero que han dado un poco de chispa a esta vida; aunque no sólo estas canallas ocurrencias son las únicas que han ayudado a superar está apatía, ni mucho menos, las más importantes son las muy buenas compañías de las que me he intentado rodear, especialmente a las últimas que me he incorporado, y a estas son a las que quiero agradecer el lugar en el que me encuentro, ya que son ellas las que me han ayudado a finalizar con buen pie estas 2 décadas de vida y que me gustaría que lo siguieran haciendo por el resto de la existencia. Estas criaturas a las que me refiero no habitan en cualquier lugar de la Tierra, sólo fueron puestas por "alguien" cerca de mi y, no sé si por el destino (en el cual no creo) o por otra cosa, nos hemos cruzado y tropezado en el camino. Si esto no hubiera ocurrido, estos seres y yo (también soy yo uno de esos seres o criaturas) andaríamos vagando por un mundo caótico, aunque ahora que nos conocemos lo sigue siendo pero es mucho más soportable ahora que nos hemos entrometido en la vida de estos fantásticos seres.
He de concluir con una reflexión que a muchos les sonará: simplemente somos personas, nada más.
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