14 de mayo de 2010

I'm SELFISH.



























A veces las cosas pueden ir muy bien pero tú puedes sentir que dentro de ti no estas tan bien como crees. Cosas simples, insignificantes, sin maldad, diminutas, detalles pero que realmente pueden hacerte ser lo mejor o lo peor del mundo, son cosas que ya no dependen de ti.

No se puede hacer claramente explícito, pero creo que todos pasamos por ello y lo entendemos fácilmente. A veces son acciones, palabras o incluso nada, pero hasta ese simple nada puede crearte una semana (y hasta un mes) de malos pensamientos. Nunca solemos pararnos a pensar en lo realmente siente los demás tras encontrártelos y decirles "hola", hasta ese inofensivo saludo hace que algo se mueva por dentro de la otra persona, a veces ese movimiento se extingue rápidamente y se resuelve el conflicto interno que hay dentro de ese ser humano, en cambio, en otras ocasiones, ese movimiento se puede convertir en un remolino de sentimientos y pensamientos que no te deja comer y cuando crees que ha desaparecido para siempre vuelves a encontrártelo detrás de aquellas viejas y olvidadas cajas, haciéndote daño de verdad.

Con respecto a esta conmonción interna sólo existe dos soluciones:
-La primera, expresarla sin más, es decir, contarla tal como es, sin alterar su realidad.
-La segunda, guardala y ocultarla tras otras entrañas más positivas.
Yo no sé cual es la mejor de las dos soluciones pero sólo sé que la segunda puede hacer que el daño interno sea aun mayor pero libras de preocupaciones a aquellos que te quieren (si tienes de ésto, claro). Y si decides armarte de valentía y seleccionar la primera de estas opciones, ten en cuenta que normalmente tras manifestarla todo seguirá igual, nada cambiará, nadie mutará su visión hacia ti, todos son egoistas, incluso tú, ya que hablar sobre ello o callar depende de ti, otro hecho egoista.

Siempre somos el centro de cada uno, ninguno somos realmente empáticos, no somos capaces de ponernos en el lugar del otro totalmente, nunca sabremos que siente el que se posiciona a tu lado aunque intente explicarlo siempre lo entenderás de forma egoista, lo que diga te será indiferente porque al fin y al cabo lo acabarás interpretando como tú quieres que sea, de nuevo, todos somos egoistas.

No existe ninguna manera, ni siquiera el amor, para hacer que otra persona sea capaz de tomar como centro o punto de referencia de su vida la de otra persona. No sabemos para que estamos aquí ni porque se nos concedió el don de sentir tristeza, pero a pesar de que este sentimiento se llame así, cada uno lo nombramos de manera distinta porque no para todos significa lo mismo.

A pesar de esta melancolía (sinónimo de tristeza, claro) hay que saber que las cosas son así, se trata de seguir...

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